
Con un gran dominio en el campo de la composición y una original y atrevida propuesta en el uso de los colores, Julián Ruiz nos presenta un grupo de dramáticas pinturas donde la Naturaleza y el Ser Humano dialogan tanto a nivel poético como en su plano existencial.
En algunas de sus obras expuestas, el artista logra que la Naturaleza y el Ser Humano jueguen, que las maravillas y los enigmas de la Vida estén presentes, se relacionen, se confundan y muchas veces se dispute el protagonismo. Lo logra integrando una espléndida flota - que nos recuerdan a obras de Vincent van Gogh, Arnaldo Roche Rabell, Wichie Torres, solo para mencionar algunos artistas sobresalientes - y un uso muy particular de la nueva figuración dentro de un clarísimo postmoderno. Y es que Julian Ruiz nos leva tanto al GÉNESIS como a la contemporaniedad de una forma amena, agradable e inteligente.
En otras obras vemos cómo este polifacético poeta del color usa la abstracción y un expresionismo Ilenos de energías, para capturar y darle vida a nuestra spectacular Naturaleza - este caso nuestra flora Pero no nos confundamos.
Júlian Ruiz viene de una tradición clásica done el dibujo realista y la pintura figurativa Moderna son claves.
Al ser un artista que no para de trabajar, su obligación de experimentar define su propósito como pintor. De ahí que en muchas de sus composiciones, la Figura humana aparece y desaparece en la Naturaleza con efectividad y magia.
De pronto, cuerpos desnudos. De pronto, piernas y pies. De pronto, brazos y manos. De pronto, enormes ojos. De pronto, globos. De pronto, calaveras. En fin, alguna de las esencias que define nuestra Vida, como la conocemos hoy, antes de que nuestro planeta cambie.
Recibamos a Julián Ruiz como lo que es: un pintor que le canta a la Vida, Bellezas y Sobrevivencias de la Tierra.
Manuel Alvarez Lezama
Crítico e Historiador de Arte
Profesor de Historia del Arte
Universidad de Puerto Rico - Río Piedras